Los relatos de un conjunto de operadores que invirtieron sumas considerables en la plataforma YFX Capital: «En este momento, no podemos retirar ni un solo euro de nuestras cuentas».

Teresa, residente en Barcelona y de aproximadamente 50 años, decidió invertir sus ahorros en el mercado de divisas Forex hace unos meses, específicamente en la plataforma PrimeFX, que también opera bajo los nombres PFXBank e YFX Capital. Su objetivo era obtener ganancias rápidas, pero lamentablemente, ha sufrido pérdidas de 16,000 euros. Teresa es una de muchas inversionistas particulares afectadas por una presunta estafa de intermediarios que les impide acceder a los fondos que depositaron en la plataforma. Además, continúan solicitando más dinero a los clientes, argumentando que es la única forma de recuperar la inversión. Aquellos que aceptan esta solicitud siguen perdiendo dinero, mientras que quienes se niegan a proporcionar más fondos no logran recuperar su inversión y están considerando acciones legales.

El despacho de abogados Martínez Echevarría, que está llevando una docena de casos similares en toda España, señala que Forex en sí mismo no es una estafa, ya que es un mercado legítimo de divisas que puede ofrecer beneficios a inversores experimentados si se opera con conocimiento y asesoramiento adecuados. El problema radica en que muchos traders han perdido dinero al operar a través de intermediarios poco confiables o entidades no autorizadas.

Es importante destacar que antes de invertir en cualquier mercado financiero, es crucial realizar una investigación exhaustiva, verificar la autenticidad y regulación de la plataforma o intermediario, y buscar asesoramiento financiero adecuado para tomar decisiones informadas.

Estos brókeres suelen comenzar solicitando a los clientes una cantidad promedio de 200 euros como inversión inicial. En un principio, los clientes experimentan un rendimiento muy alto en sus inversiones y, emocionados por los beneficios, deciden invertir más dinero. Llega un punto en el que, después de haber invertido grandes sumas de dinero (en algunos casos, superando los 30,000 euros), los beneficios desaparecen. Cuando intentan retirar su dinero, se les impide hacerlo, y el bróker se vuelve difícil de contactar. Los clientes solo pueden comunicarse con el bróker cuando este lo permite.

La estrategia de seducción se basa en la confianza, ya que los montos iniciales, como 200 o 250 euros, parecen relativamente bajos en caso de pérdida, pero cualquier ganancia se percibe como una gran victoria. Después de registrarse en el sitio web, otro bróker contacta al cliente y trata de convencerlo de invertir cantidades más significativas que requieren un depósito mínimo de 1,000 euros. Aunque advierten sobre los riesgos, aseguran que los brókeres son expertos.

Luego, se presenta la «operación de tarjeta de crédito». Los clientes proporcionan los números de su tarjeta (sin los tres dígitos de seguridad) y una fotocopia escaneada de su documento de identidad. Esto se hace con la promesa de obtener ganancias significativas. Por ejemplo, un cliente invierte 5,000 euros y se le promete una rentabilidad del 50% con el doble del capital en su cuenta. Sin embargo, quedan sumas importantes por recuperar y el bróker aconseja no retirar todo el dinero, lo que genera desconfianza por parte del cliente. Exigen más información sobre la empresa que les ofreció el producto, pero no se la proporcionan.

Marc Garrigasait ya explicaba en su blog en este diario cómo funcionaba ese mercado: «La mayoría de brókeres de divisas en línea, en el llamado mercado Forex, permiten operar con todos sus clientes con apalancamientos, ya que las operaciones se liquidan por diferencias. Los clientes invierten en divisas con niveles de apalancamiento de al menos 10 veces. Por lo tanto, una pérdida o ganancia del 5% supone perder o ganar al menos un 50%».

YFX Capital afirma ser un bróker respaldado por los mecanismos de inversión de Estados Unidos y España, permitiendo a sus clientes utilizar activos de empresas como Amazon, Apple, BBVA y Banco Santander, argumentando que están respaldados por el sistema internacional de inversiones. La empresa tiene su sede en Londres y también opera en Panamá y Colombia, brindando servicios a clientes de estos dos últimos países, así como de España, Reino Unido, Ecuador, Chile y Venezuela, según afirman.

La dirección física de la empresa está registrada en las Islas Marshall. A pesar de los intentos de contacto por parte de El Confidencial a través de correos electrónicos y llamadas telefónicas, no se recibieron respuestas de los intermediarios ni responsables de la plataforma. La pesadilla comenzó para Curro en diciembre de 2016 cuando, al navegar por internet, se encontró con un anuncio de la plataforma que promocionaba «Las inversiones en el Forex». Después de hacer clic en el enlace, recibió una llamada al día siguiente y le dijeron que era un cliente potencial. Se sorprendió y preguntó cómo obtuvieron su número de teléfono, a lo que le respondieron que rastreaban a personas que interactuaban con ese tipo de anuncios en línea. Aún se cuestiona cómo lograron obtener su número de teléfono.

En ocasiones, estos presuntos brókeres contactan a posibles traders a través de correos electrónicos de spam o incluso a través de Facebook. Uno de los afectados, Curro, compartió que tenía la esperanza de ganar dinero hace tres años cuando se quedó desempleado. Probó suerte con la inversión en Forex, pensando que solo lo haría una vez y luego lo dejaría. Sin embargo, cayó en la trampa y ahora lamenta no poder recuperar lo que invirtió. Además, le sustrajeron 1,500 euros de su tarjeta de crédito sin previo aviso. Cuando informó al bróker, este le dijo que se trataba de un error y le pidió que firmara un formulario de conformidad para devolverle el dinero. Sin embargo, dos días después, le volvieron a quitar dinero de su tarjeta de débito. Curro finalmente canceló ambas tarjetas y denunció el caso a las autoridades, aunque le dijeron que no se trataba ni de un robo ni de un fraude porque el dinero no se había perdido, a pesar de que no podía recuperarlo.

Por otro lado, Pedro, un inversor con 75,000 euros de ahorros, fue persuadido a invertir más dinero después de empezar con 200 euros. Le dijeron que un robot aseguraba un 89% de beneficios, lo que resultó en un grave error financiero. Otro afectado en abril tuvo que pagar un supuesto «impuesto de 3,000 euros» para retirar 8,000 euros, lo que lo llevó a considerar presentar denuncias ante la Policía, el Banco de España y el Banco Central de Inglaterra. Los clientes afectados están recopilando documentación y preparándose para denunciar estos casos, ya que se sienten perdidos y sin saber qué hacer frente a esta situación.

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