Tras décadas impulsando el crecimiento de la economía global, siendo uno de los principales actores en comercio e inversiones, China, socio estratégico de Argentina, comienza a detener su marcha y obliga a pensar en nuevas estrategias para sectores clave de la economía.

«Luego de una década de crecimiento a un ritmo promedio del 8% anual (2009-2019), erigiéndose como el principal impulsor de una economía global que estaba sufriendo el impacto de la crisis subprime, con una demanda pujante que ayudó a mantener los precios de las materias primas en beneficio de países como el nuestro, el Gigante Asiático está frenando su avance», advirtió un informe de Ecolatina

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